martes, 11 de enero de 2011

APOSTOLADO SAN MIGUEL ARCÁNGEL



FESTIVIDAD: 29 de Setiembre
LEMA DEL APOSTOLADO: ¿Quién como Dios?
CITA BIBLICA: “…Miguel y sus Ángeles combatieron con el dragón. También el dragón y sus ángeles combatieron pero no prevalecieron…” Apocalipsis 12:7,9
MISION
Dar a conocer la palabra de Dios con la intercesión del Arcángel San Miguel, a través de una congregación comprometida en fe.

VISION
Encaminar el apostolado desde el punto de vista espiritual, con un fuerte aporte en obras de misericordia. Tomando como ejemplo a Jesús sanador, liberador y misericordioso.

OBJETIVO
Tener un espacio propio, digno del Señor, en donde podamos encontrarnos con El, ciñéndonos estrictamente a los cánones católicos a través de la parroquia, como congregación reconocida. Con una capilla, un comedor para niños carenciados.

ESTRUCTURA BASICA

 

















AUTORIDADES
La congregación Apostolado San Miguel Arcángel estará compuesto por una Junta Ejecutiva, conformada por el Coordinador, el Subcoordinador y un representante de cada Ministerio y Comisión, bajo la presidencia del Coordinador y en su ausencia del Subcoordinador.
Cada Ministerio o Comisión estará conformado de por lo menos dos personas cada uno.

DESCRIPCION
Coordinador:

Subcoordinador:

Ministerio de Música:

Ministerio Litúrgico:

Comisión de Administración y Finanzas:

Comisión de Comunicación:

Comisión de Intercesión:

Comisión de Protocolo y Ambientación:





HISTORIA DE SAN MIGUEL ARCANGEL, COMENTARIOS, PUBLICACIONES

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"¿QUIÉN COMO DIOS?"

-Obra de Madre Adela Galindo, Fundadora CTJM
Se lo representa con el traje de Guerrero o de Soldado Centurión como Príncipe de Milicia Celestial que es.
¿Quién es San Miguel Arcángel?
San Miguel es uno de los tres Arcángeles cuyos nombres aparecen en la Biblia. Los otros dos son
Gabriel y Rafael. La Santa Iglesia da a San Miguel el más alto lugar entre los arcángeles y le llama "Príncipe de los espíritus celestiales", "jefe o cabeza de la milicia celestial". Ya desde el Antiguo Testamento aparece como el gran defensor del pueblo de Dios contra el demonio y su poderosa defensa continúa en el Nuevo Testamento.
Muy apropiadamente, es representado en el arte como el ángel guerrero, el conquistador de Lucifer, poniendo su talón sobre la cabeza del enemigo infernal, amenazándole con su espada, traspasándolo con su lanza, o presto para encadenarlo para siempre en el abismo del infierno.
La cristiandad desde la Iglesia primitiva venera a San Miguel como el ángel que derrotó a Satanás y sus seguidores y los echó del cielo con su espada de fuego.
Es tradicionalmente reconocido como el guardián de los ejércitos cristianos contra los enemigos de la Iglesia y como protector de los cristianos contra los poderes diabólicos, especialmente a la hora de la muerte.

El mismo nombre de Miguel, nos invita a darle honor, ya que es un clamor de entusiasmo y fidelidad. Significa "Quién como Dios".
Satanás tiembla al escuchar su nombre, ya que le recuerda el grito de noble protesta que este arcángel manifestó cuando se rebelaron los ángeles. San Miguel manifestó su fortaleza y poder cuando peleó la gran batalla en el cielo. Por su celo y fidelidad para con Dios gran parte de la corte celestial se mantuvo en fidelidad y obediencia. Su fortaleza inspiró valentía en los demás ángeles quienes se unieron a su grito de nobleza: "¡¿Quién como Dios?!” Desde ese momento se le conoce como el capitán de la milicia de Dios, el primer príncipe de la ciudad santa a quien los demás ángeles obedecen.

En el Antiguo Testamento
San Miguel aparece como el guardián de la nación hebrea.
En el libro de Daniel, Dios envía a San Miguel para asegurarle a Daniel su protección.
"Y ahora volveré a luchar con el príncipe de Persia...Nadie me presta ayuda para esto, excepto Miguel, vuestro príncipe, mi apoyo para darme ayuda y sostenerme." -Daniel 10:13.
"En aquel tiempo surgirá Miguel, el gran príncipe que defiende a los hijos de tu pueblo" -Daniel 12:1
El pueblo del profeta eran los judíos. Por lo tanto, es aceptado que el ángel que el Señor había asignado a los Israelitas en los días de Moisés, para guiarles a través del desierto y llevarlos por las naciones idólatras que destruiría por medio de ellos, es el mismo San Miguel.
En el libro del Éxodo el Señor dijo a los Israelitas: He aquí que yo voy a enviar un ángel delante de ti, para que te guarde en el camino y te conduzca al lugar que te tengo preparado. Pórtate bien en su presencia y escucha su voz: no le seas rebelde, que no perdonara vuestras transgresiones, pues en él está mi Nombre. Si escuchas atentamente su voz y haces todo lo que yo diga, tus enemigos serán mis enemigos y tus adversarios mis adversarios. Mi ángel caminara delante de ti y te introducirá en el país de los amorreos, de los hititas, de los pericitas, de los cananeos, de los jivitas y de los jebuseos; y yo los exterminaré. No te postrarás ante sus dioses, ni les darás culto, ni imitaras su conducta; al contrario, los destruirás por completo y romperás sus estelas. Vosotros daréis culto a Yahveh, vuestro Dios". -Ex 23:20.
Después de la muerte de Moisés, según la tradición judía (referida en Judas 9) San Miguel altercaba con el diablo disputándose el cuerpo de Moisés. En obediencia al mandato de Dios, San. Miguel escondió la tumba de Moisés, ya que la gente y también Satanás querían exponerla para llevar a los Israelitas al pecado de idolatría.
San Miguel recibió de Dios el encargo de llevar a término sus designios de misericordia y justicia para su pueblo escogido. Vemos como Judas Macabeos antes de iniciar cualquier batalla en defensa de la ley y del Templo clamaba la ayuda de San Miguel y le confiaban su defensa:
En cuanto los hombres de Macabeos supieron que Lisias estaba sitiando las fortalezas, comenzaron a implorar al Señor con gemidos y lagrimas, junto con la multitud, que enviase un ángel bueno para salvar a Israel.... Cuando estaban cerca de Jerusalén apareció poniéndose al frente de ellos un jinete vestido de blanco, blandiendo armas de oro. Todos a una bendijeron entonces a Dios misericordioso y sintieron enardecerse sus ánimos  -2 Mac 11:6
Tú, soberano, enviaste tu ángel a Exequías, rey de Judá, que dio muerte a cerca de ciento ochenta y cinco mil hombres del ejército de Senaquerib. Ahora también, Señor de los cielos, envía un ángel bueno delante de nosotros para infundir el temor y el espanto. ¡Que el poder de tu brazo hiera a los que han venido blasfemando a atacar a tu pueblo santo! -2 Mac 15:22.
En la actualidad, los judíos invocan al Arcángel Miguel como el principal defensor de la sinagoga y como protector contra sus enemigos. En la fiesta de la expiación concluyen sus oraciones diciendo: "Miguel, príncipe de misericordia, ora por Israel".
En la Nueva Alianza
La posición de San Miguel es también muy importante en el N.T. donde continúa su poderosa defensa.  Con sus ángeles, el libra la batalla victoriosa contra Satanás y los ángeles rebeldes, los cuales son arrojados del infierno.  Es por eso venerado como guardián de la Iglesia.
"Entonces se entabló una batalla en el cielo: Miguel y sus Ángeles combatieron con el Dragón. También el dragón y sus ángeles combatieron pero no prevalecieron y no hubo ya en cielo lugar para ellos. Y fue arrojado el gran Dragón, la serpiente antigua, el llamado Diablo y Satanás, el seductor del mundo entero"   -Apocalipsis 12,7-9
La carta de Judas se refiere a San Miguel en batalla contra Satanás.
El honor y la veneración a San Miguel, como testifican los padres de la Iglesia, ha sido parte esencial de la vida de la Iglesia desde sus inicios. Se le han atribuido un sin número de beneficios espirituales y temporales. El emperador Constantino, atribuyó a este arcángel, las victorias sobre sus enemigos y por ello le construyo cerca de Constantinopla una magnifica iglesia en su honor. Esta se convirtió en lugar de peregrinación y muchos enfermos recibieron sanación gracias a la intercesión de San Miguel.

Se nos enseña en la Tradición que San Miguel preside el culto de adoración que se rinde al Altísimo y ofrece a Dios las oraciones de los fieles simbolizadas por el incienso que se eleva ante el altar. La liturgia nos presenta a San Miguel como el que lleva el incienso y está de pie ante el altar como nuestro intercesor y el portador de las oraciones de la Iglesia ante el Trono de Dios. En el Canon #1 de la Misa: "que tu ángel presente ante Ti las oraciones de tu Iglesia"
Es muy interesante notar en las apariciones marianas que han incluido manifestaciones de San Miguel, que su relación con la Eucaristía, y a la adoración debida a Jesús Eucarístico y a la Santísima Trinidad:
Fátima: En 1916 se les aparece el ángel por primera vez. Se arrodilla en tierra inclina la frente hasta el suelo y pidió que oraran con él: "Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no Te aman".
Segunda aparición: "¡Rezad, rezad mucho, los corazones de Jesús y María tienen sobre vosotros designios de misericordia, ofreced constantemente oraciones y sacrificios al Altísimo!"
Tercera aparición: Se aparece con un cáliz en sus manos sobre el cual está suspendida una Hostia, de la cual caían gotas de sangre al cáliz. Dejando el cáliz y la hostia suspensos en el aire, se postró en tierra y repitió tres veces: "Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te adoro profundamente y te ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los Sagrarios del mundo, en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que El mismo es ofendido. Y por los méritos infinitos de su Sagrado Corazón y del Corazón Inmaculado de María te pido la conversión de los pobres pecadores".
Después se levantó y dio la Hostia a Lucia, y el contenido del Cáliz a Jacinta y Francisco, diciendo al mismo tiempo: "Tomad el Cuerpo y bebed la Sangre de Jesucristo, horriblemente ultrajado por los hombres ingratos. Reparad sus crímenes y consolad a vuestro Dios.

San Miguel continúa su ministerio angélico en relación a los hombres hasta que nos lleva a través de las puertas celestiales. No solo durante la vida terrenal, San Miguel defiende y protege nuestras almas, el nos asiste de manera especial a la hora de la muerte ya que su oficio es recibir las almas de los elegidos al momento de separarse de su cuerpo.
En la liturgia la Iglesia nos enseña que este arcángel esta puesto para custodiar el paraíso y llevar a el a aquellos que podrán ser recibidos ahí. A la hora de la muerte, se libra una gran batalla, ya que el demonio tiene muy poco tiempo para hacernos caer en tentación, o desesperación, o en falta de reconciliación con Dios. Por eso es que en estos momentos se libra una gran batalla espiritual por nuestras almas. San Miguel, está al lado del moribundo defendiéndole de las asechanzas del enemigo.
Anécdota: San Anselmo cuenta de un religioso piadoso que a punto de morir recibía grandes asaltos de demonio. El demonio se le apareció acusándole de todos los pecados que había cometido antes de su bautismo (tardío). San Miguel se aparece y le responde que todos esos pecados quedaron borrados con el Bautismo. Entonces Satanás le acusa de los pecados cometidos después del Bautismo. San Miguel le contesta que estos fueron perdonados en la confesión general que hizo antes de profesar. Satanás, entonces, le acusa de las ofensas y negligencias de su vida religiosa. San Miguel declara que esos han sido perdonados por sus confesiones y por todos los buenos actos que hizo durante su vida religiosa, en especial la obediencia a su superior, y que lo que le quedaba por expiar lo había hecho a través del sufrimiento de su enfermedad vivida con resignación y paz.
En los escritos de San Alfonso de Ligorio encontramos: "Había un hombre polaco de la nobleza que había vivido muchos años en pecado mortal y lejos de la vida de Dios. Se encontraba moribundo y estaba lleno de terror, torturado por los remordimientos, lleno de desesperación. Este hombre había sido devoto de San Miguel Arcángel y Dios en su misericordia permitió que este arcángel se le apareciera.   San Miguel le alentó al arrepentimiento, diciéndole que había orado por él y le había obtenido más tiempo de vida para que lograra la salvación. Al poco rato, llegan a la casa de este hombre 2 sacerdotes dominicos, que dijeron se les había aparecido un extraño joven pidiéndoles que fueran a ver a este hombre moribundo. El hombre se confesó con lágrimas de arrepentimiento, recibió la Santa Comunión y en brazos de estos dos sacerdotes murió reconciliado con Dios.

ORACIONES A SAN MIGUEL
La oración a San Miguel del Papa León XIII
En Octubre 13, 1884, el Papa León XIII, experimento una visión horrible. Después de celebrar la Eucaristía, estaba consultando sobre ciertos temas con sus cardenales en la capilla privada del Vaticano cuando de pronto se detuvo al pie del altar y quedo sumido en una realidad que solo el veía. Su rostro tenía expresión de horror y de impacto. Se fue palideciendo. Algo muy duro había visto. De repente, se incorporo, levanto su mano como saludando y se fue a su estudio privado. Lo siguieron y le preguntaron: ¿Que le sucede su Santidad? ¿Se siente mal?
El respondió: "¡Oh, que imágenes tan terribles se me han permitido ver y escuchar!", y se encerró en su oficina.
¿Qué vio León XIII?  "Vi demonios y oí sus crujidos, sus blasfemias, sus burlas. Oí la espeluznante voz de Satanás desafiando a Dios, diciendo que él podía destruir la Iglesia y llevar todo el mundo al infierno si se le daba suficiente tiempo y poder. Satanás pidió permiso a Dios de tener 100 años para poder influenciar al mundo como nunca antes había podido hacerlo." También León XIII pudo comprender que si el demonio no lograba cumplir su propósito en el tiempo permitido, sufriría una derrota humillante. Vio a San Miguel Arcángel aparecer y lanzar a Satanás con sus legiones en el abismo del infierno.
Después de media hora, llamo al Secretario para la Congregación de Ritos. Le entrego una hoja de papel y le ordeno que la enviara a todos los obispos del mundo indicando que bajo mandato tenía que ser recitada después de cada misa, la oración que ahí el había escrito.
Oración:
"San Miguel Arcángel,
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo
contra la perversidad y asechanzas
del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
y tú Príncipe de la Milicia Celestial,
arroja al infierno con el divino poder
a Satanás y a los otros espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo
para la perdición de las almas.
Amén."
(Aunque no es obligación, se puede continuar con gran provecho  la práctica de rezar esta oración después de la Santa Misa como se hacía antes del Conc. Vat. II.) 

Coronilla de San Miguel:
Un día San Miguel Arcángel apareció a la devota Sierva de Dios Antonia De Astónac. El arcángel le dijo a la religiosa que deseaba ser honrado mediante la recitación de nueve salutaciones. Estas nueve plegarias corresponden a los nueve coros de ángeles. La corona consiste de un Padrenuestro y tres Ave Marías en honor de cada coro angelical.
Promesas: A los que practican esta devoción en su honor, San Miguel promete grandes bendiciones: Enviar un ángel de cada coro angelical para acompañar a los devotos a la hora de la Santa Comunión. Además, a los que recitasen estas nueve salutaciones todos los días, les asegura que disfrutarán de su asistencia continua. Es decir, durante esta vida y también después de la muerte. Aun mas, serán acompañados de todos los ángeles y con todos sus seres queridos, parientes y familiares serán librados del Purgatorio.
En esta coronilla invocaremos a los nueve coros de ángeles. Después de cada invocación rezaremos 1 Padre Nuestro y 3 Avemarías. Ofreceremos esta coronilla por la Iglesia, para que sea defendida de todas las asechanzas del demonio, y por los que están más alejados de Dios.

CORONILLA A SAN MIGUEL ARCÁNGEL
Se comienza la Corona rezando en la medalla, la siguiente invocación:
En el Nombre del Padre....
Oh Dios mío, ven en mi ayuda.
Apresúrate Señor a socorrerme.
Gloria al Padre, al Hijo……
I. Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de los Serafines, que Dios Nuestro Señor prepare nuestras almas y así recibir dignamente en nuestros corazones, el fuego de la Caridad Perfecta. Amén.
1 Padre Nuestro
3 Avemarías
II. Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de los Querubines, que Dios Nuestro Señor nos conceda la gracia de abandonar los caminos del pecado, y seguir el camino de la Perfección Cristiana. Amén.
1 Padre Nuestro
3 Avemarías
III. Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de los Tronos, que Dios Nuestro Señor derrame en nuestros corazones, el verdadero y sincero espíritu de humildad. Amén.
1 Padre Nuestro
3 Avemarías
IV. Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de Dominaciones, que Dios Nuestro Señor nos conceda la gracia de controlar nuestros sentidos y así dominar nuestras pasiones. Amén.
1 Padre Nuestro
3 Avemarías
V. Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de Potestades, que Dios Nuestro Señor proteja nuestras almas contra las asechanzas del demonio. Amén.
1 Padre Nuestro
3 Avemarías
VI. Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de las Virtudes, que Dios Nuestro Señor nos proteja de todo mal y no nos deje caer en la tentación. Amén.
1 Padre Nuestro
3 Avemarías
VII. Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de los Principados, que Dios Nuestro Señor se digne llenar nuestras almas con el verdadero espíritu de obediencia. Amén.
1 Padre Nuestro
3 Avemarías
VIII. Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de Los Arcángeles, que Dios Nuestro Señor nos conceda la gracia de la perseverancia final en la Fe, y en las buenas obras, y así nos lleve a la Gloria del Paraíso. Amén.
1 Padre Nuestro
3 Avemarías
 IX. Por la intercesión de San Miguel y el Coro Celestial de los Ángeles, que Dios Nuestro Señor nos conceda la gracia de ser protegidos por ellos durante esta vida mortal, y nos guíen a la Gloria Eterna. Amén.

1 Padre Nuestro
3 Avemarías
Se reza un Padre Nuestro en honor de cada uno de los siguientes ángeles:
*En honor a San Miguel...... 1 Padre Nuestro
*En honor a San Gabriel...... 1Padre Nuestro
*En honor a San Rafael........ 1 Padre Nuestro
*En honor a nuestro ángel Custodio..... 1 Padre Nuestro
O Glorioso Príncipe San Miguel, Jefe Principal de la Milicia Celestial, Guardián fidelísimo de las almas, Vencedor eficaz de los espíritus rebeldes, fiel Servidor en el Palacio del Rey Divino,... Sos nuestro admirable Guía y Conductor.
Vos que brillas con excelente resplandor y con virtud sobrehumana, líbranos de todo mal. Con plena confianza recurrimos a vos. Asístenos con tu afable protección para que seamos más y más fieles al servicio de Dios todos los días de nuestra vida.
V. Ruega por nosotros, O Glorioso San Miguel,
Príncipe de la Iglesia de Jesucristo....
R. Para que seamos dignos de alcanzar sus promesas.

Oración
Omnipotente y Eterno Dios, te adoramos y bendecimos.
En tu maravillosa bondad, y con el misericordioso deseo de salvar las almas del género humano, has escogido al Glorioso Arcángel San Miguel, como Príncipe de Tu Iglesia.
Humildemente te suplicamos, Padre Celestial, que nos libres de nuestros enemigos. En la hora de la muerte, no permitas que ningún espíritu maligno se nos acerque, para perjudicar nuestras almas.
Oh Dios y Señor Nuestro, guíanos por medio de este mismo Arcángel. Envíale que nos conduzca a la Presencia de Tú Excelsa y divina Majestad. Te lo pedimos por los méritos de Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.

En el nombre del Padre…
Acto de constricción
Dios de infinita majestad y grandeza, postrados ante tus pies, reconociendo nuestras ingratitudes y las ofensas cometidas ante Ti, te pedimos perdón de todas ellas, y desde lo intimo de nuestro corazón, te decimos que nos pesa de haberte ofendido, y proponemos firme y constante enmienda ayudados de tu divina gracia; y en testimonio de ello deponemos nuestros corazones, sentidos y potencias en tu divino altar, queriendo antes morir que volver a ofenderte. Amén.
Oración para todos los días
Gloriosísimo Arcángel San Miguel, jefe de las milicias angélicas, terror y azote de los soberbios e infernales espíritus, pues solo con oír tu nombre tiemblan y se ahuyentan; de cuya potestad y particular dominio que el Todopoderoso se digno concederte, nos alegramos y regocijados todos los que juntos y congregados hacemos esta novena, en agradecido recuerdo de la sublime dignidad, grandeza y poder a que fuiste elevado.
Humildes y rendidos te suplicamos atiendas nuestras miserias y las calamidades en que nos hallamos para que, interponiendo tu poderosa influencia con la Beatísima Trinidad, nos alcances el remedio de todas ellas, y usando del fuerte dominio que tienes contra los espíritus infernales, reprime su furor y malignas astucias, para que vivamos constantes y firmes en la observancia de la santa Ley de Dios.
Así lo esperamos, Arcángel bendito, como también el lograr por tu intercesión lo que cada uno de nosotros pedimos y suplicamos en esta novena, si es para honra de Dios y bien de nuestras almas. Amén.
Oración para el día primero
Dios y Señor de los espíritus celestiales del primer coro llamados Serafines, porque están encendidos en el fuego de tu amor: te ofrezco los meritos de estos fervorosos espíritus y los de tu amante San Miguel, y te suplico me concedas la gracia que yo te ame a Ti, único Dios y Señor mío, sobre todas las cosas, con todo mi corazón, con toda mi alma, con todo mi entendimiento y con todas mis fuerzas, haciendo que todos te amen y que nadie te ofenda. Amén.
Invocación para todos los días
Invoquemos ahora al Glorioso arcángel, con los principales títulos de que ha sido adornado:
1° Gloriosísimo Arcángel San Miguel, Príncipe santo de las jerarquías Angélicas, espejo clarísimo de la divinidad y ejemplo admirable de humildad, ruega por nosotros a Dios, para que seamos fieles hijos de la Iglesia.
1 Padre Nuestro
1 Avemaría
 Gloria…
2° Gloriosísimo Arcángel San Miguel, vencedor denodado de Lucifer; triunfador de la soberbia y gran celador del honor de Dios, ruega por nosotros a Dios, para que consigamos la humildad y pureza de corazón.
1 Padre Nuestro
1 Avemaría
 Gloria…
3° Gloriosísimo Arcángel San Miguel, Ángel de paz y de victoria, custodio de los Ángeles y de los hombres, ruega por nosotros a Dios, para que refrenemos nuestras pasiones y malas inclinaciones.
1 Padre Nuestro
1 Avemaría
 Gloria…
4° Gloriosísimo Arcángel San Miguel, patrón insigne y protector valiente de los derechos de la Iglesia Santa, ruega por nosotros a Dios, para que conservemos el depósito inestimable de la fe en Cristo.
1 Padre Nuestro
1 Avemaría
 Gloria…
5° Gloriosísimo Arcángel San Miguel, defensor de los eternos destinos, guardián fidelísimo de la Ley de Dios, ruega por nosotros a Dios, para que confesemos a Cristo ya su doctrina.
1 Padre Nuestro
1 Avemaría
 Gloria…
6° Gloriosísimo arcángel San Miguel, lumbrera de la corte celestial y promulgador de la ley de gracia, ruega por nosotros a Dios, para que huyamos de la culpa mortal.
1 Padre Nuestro
1 Avemaría
 Gloria…
7° Gloriosísimo Arcángel San Miguel, recibidor de las almas en el tribunal divino, abogado de los confesores de Cristo, ruega por nosotros a Dios, para que perseveremos en su divina gracia.
1 Padre Nuestro
1 Avemaría
 Gloria…
8° Gloriosísimo Arcángel San Miguel, señor de las dominaciones y de los coros angélicos y terror de los espíritus infernales, ruega por nosotros a Dios, para que obtengamos vivir y morir en la paz del Señor.
1 Padre Nuestro
1 Avemaría
 Gloria…
9° Gloriosísimo Arcángel San Miguel, distribuidor de los bienes eternos, intercesor incansable de la Iglesia católica, ruega por nosotros a Dios, y haz que veamos la luz clara del cielo.

1 Padre Nuestro
1 Avemaría
 Gloria…
-       Ruega por nosotros, glorioso San Miguel, protector de la Iglesia católica.
-       Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Cristo.
Oración para el segundo día
Omnipotente y sempiterno Dios, que por tu suma bondad y misericordia infinita, has destinado para tu gloria y salud de los hombres al Gloriosísimo Príncipe San Miguel; concédenos que por su intercesión y eficaz auxilio, merezcamos ahora ser defendidos de todos nuestros enemigos, y en la hora de la muerte seamos libres y presentados benignamente ante el trono de tu Majestad excelsa. Amén.
Dios y Señor de los espíritus celestiales del segundo coro llamados Querubines, porque están adornados de perfectísima sabiduría; te ofrezco los merecimientos de estos espíritus sapientísimos y los del Glorioso San Miguel, Príncipe de los sabios del cielo y maestro brillantísimo de los que han sido los más sabios de la tierra, y te suplico me concedas la gracia de santa voluntad, y saberlo enseñar a los demás a fin de que todos te conozcamos y amemos en la tierra y después allá en el cielo. Amén.
(se repite igual como en el primer día)
Oración para el tercer día
Dios y Señor de los espíritus celestiales del tercer coro llamados Tronos, en quienes descansas como en el trono de tu gloria, y te sientas como en tribunal de justicia; te ofrezco los merecimientos de estos espíritus altísimos y los del Glorioso San Miguel, trono esclarecidísimo de tu grandeza y ministro supremo de tu justicia, para que me concedas la gracia de recibirte por medio de la Sagrada Comunión en el trono de mi corazón y desde este trono júzgame, no según merece mis faltas, sino según tu gran misericordia, para así conseguir la salvación. Amén.
(se repite igual como en el primer día)
Oración para el cuarto día
Dios y Señor de los espíritus celestiales del cuarto coro llamados Dominaciones, que presiden a los coros inferiores y son los ministros de tu providencia; te ofrezco los merecimientos del glorioso San Miguel, para que concedas un perfecto señorío sobre mis pasiones y una perfecta obediencia a tu santa ley y a todos mis superiores, a fin de poder así conseguir el premio que está reservado a los que son obedientes hasta la muerte, como lo enseño Jesucristo Santo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
(se repite igual como en el primer día)




¿Por qué necesitamos a San Miguel en estos tiempos?
Como remedio contra los espíritus infernales que se han desencadenado en el mundo moderno, somos llamados a invocar y buscar la ayuda de San. Miguel Arcángel. Dice el Cardinal Mermillod: "En estos tiempos, cuando la misma base de la sociedad esta tambaleándose como consecuencia de haber negado los derechos de Dios, debemos revivir la devoción a San Miguel y con el gritar: "¡¿Quién como Dios?!"
San Francisco de Sales: "La veneración a San Miguel es el más grande remedio en contra de la rebeldía y la desobediencia a los mandamientos de Dios, en contra del ateísmo, escepticismo y de la infidelidad."
Precisamente, estos vicios son muy evidentes en nuestros tiempos. Más que nunca en nuestra era actual necesitamos la ayuda de San. Miguel en orden a mantenernos fieles en la Fe. El ateísmo y la falta de fe han infiltrado todos los sectores de la sociedad humana. Es nuestra misión como fieles católicos confesar nuestra fe con valentía y gozo, y demostrar con celo nuestro amor por Jesucristo.
Como individuos, como naciones, como Iglesia, estamos en gran batalla espiritual. Es nuestro deber de amor usar todas las armas espirituales para batallar con amor, fortaleza y astucia. La Virgen dijo a la Venerable María Agreda: "Mi hija, no hay palabras humanas que puedan describir el horror del mal que hay en Lucifer y en sus secuaces; y como sus dardos están dirigidos a la destrucción del hombre. Su gran malicia, su astucia, sus mentiras, sugerencias, sus insinuaciones y tormentos se dirigen a la mente y al corazón humano. El trata de aplastar toda obra buena, de destruirla, de esconderla. Toda la malicia que su mente es capaz de poseer quiere inyectarla en las almas. Contra estos ataques, Dios da su admirable protección, si el hombre tan solo cooperara y correspondiera.
En 1994, antes de la Conferencia en el Cairo, donde se libraba una gran batalla entre la luz y la oscuridad; donde se determinaban temas de gran impacto para el futuro moral y social de la humanidad, su SS Juan Pablo II, pidió a todos los fieles católicos, que rezáramos la oración de San Miguel por la intención de esa conferencia.
Si en tiempo de tentación, tenemos el coraje de reprender al maligno y clamar la asistencia de San Miguel, el príncipe de la milicia celestial, el enemigo por seguro saldría huyendo. Si deseamos tener su protección, debemos imitar sus virtudes, especialmente su humildad y su celo por la gloria de Dios.

San Miguel ha aparecido en muchas ocasiones a aquellos que invocaron su ayuda. He aquí algunas:
ESPAÑA
Garabandal

FRANCIA:
Juana de Arco, Santa.
Un caso muy conocido y autentico es la asistencia que este arcángel dio en la extraordinaria misión que el Señor le había encomendado de ayudar al rey francés a restaurar la paz y prosperidad en su reino y expulsar a los enemigos de sus costas.
Monte de San Miguel.
En Francia, también se apareció en el Monte San Miguel, donde hay un famoso santuario consagrado a este Arcángel. Tiene la característica de que 2 veces al mes, las olas cubren la carretera de acceso y el lugar se convierte temporalmente en isla.

ITALIA
Roma, Santa María la Mayor

Gargano

KOREA
Naju
Donde una estatua de la Virgen ha estado llorando sangre y dando mensajes a Julia Kim, han habido ya siete milagros Eucarísticos. Entre ellos en presencia de Obispos y Cardenales, Julia recibió la Eucaristía de parte de San Miguel Arcángel.

MEXICO
San Miguel del Milagro, Tlaxcala

PORTUGAL
Fátima
Ver San Miguel y la Eucaristía, arriba
Estas son solo unas pocas de las conocidas apariciones de San Miguel. Aparte de las extraordinarias apariciones visibles, el arcángel San Miguel está invisiblemente activo para ayudarnos, ya que el Señor le dio un amor compasivo por los hombres y no hay alma que escape su atención.
San Miguel Arcángel, ruega por nosotros.

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En custodia de la Tradición Católica

Tradición Católica

8 de Mayo: Aparición del Arcángel San Miguel

8 de mayo
APARICIÓN DEL
ARCÁNGEL SAN MIGUEL
APARICIÓN DEL ARCÁNGEL SAN MIGUEL
Mirad que no despreciéis a ninguno de estos pequeñitos,
porque os digo que sus ángeles en los cielos
están siempre viendo la cara de mi Padre celestial.
(Mateo 18, 10)
San Miguel es honrado como protector especial de la Iglesia contra los ataques del demonio. La fiesta de hoy fue instituida en memoria de una aparición del santo Arcángel en el monte Gárgano, en el reino de Nápoles. Indicó el Arcángel, al obispo de Siponto, la existencia en ese lugar de una gruta en forma de iglesia, diciéndole que ese lugar debía ser consagrado al culto de Dios y de sus Ángeles. Rodeado de numerosa concurrencia, el obispo celebró misa en la gruta, que llegó a ser un centro de peregrinación, ilustre por gran número de milagros.
MEDITACIÓN
SOBRE LA IMITACIÓN
DE LOS ÁNGELES
I. Los ángeles siempre están prestos a ejecutar las órdenes de Dios. Tengan éxito o no en lo que hacen, siempre están contentos, porque en todo se conforman con la voluntad de Dios. ¿No serías feliz si en todo tuvieras en vista esta santa voluntad? No te inquietarías por el resultado de tus empresas, pues no depende de ti hacer que las corone el éxito, sino de Dios que todo ordena según su agrado.
II. Mantiénense los ángeles en una pureza admirable en medio de la corrupción del mundo. Esta pureza que tienen por naturaleza, tú podrías poseerla por virtud si, por ejemplo, piensas continuamente en la presencia de Dios y si evitas las ocasiones peligrosas toda vez que no te obligue a exponerte a ellas la gloria de Dios y la salvación del prójimo. Pídele a tu Ángel custodio que te enseñe estos dos modos de conservar la pureza.
III. Los ángeles se ocupan tanto de los pecadores como de los justos, de los pobres como de los ricos. Vosotros apóstoles, vosotros cristianos, todos debéis amar igualmente a todos los hombres; debéis velar por la salvación de vuestro prójimo, sea quien fuere. No aborrezcas al pecador, es una creatura hecha a imagen de Dios; trabaja en su conversión sin desanimarte jamás; en una palabra, compórtate con tu prójimo como tu bondadoso Ángel lo hace contigo. Dios se hizo hombre a fin de que el hombre llegara a ser como un ángel (San Agustín).
La devoción a los santos Ángeles.
Orad por la paz entre los cristianos.
ORACIÓN
Oh Dios, que regís con orden admirable los ministerios de los Ángeles y de los hombres, haced, en vuestra bondad, que durante esta vida seamos protegidos por aquellos que en el cielo os ofrecen sin cesar el homenaje de sus servicios.
Por J. C. N. S.























Actividades de los Cooperadores de los Heraldos del Evangelio en Valencia

San Miguel Arcángel: ¿Quién como Dios?
Padre Pedro Morazzani Arráiz, E.P.
P. Pedro Morazzani Arráiz, E.P.
Los ángeles fueron dotados por Dios con una inteligencia perfectísima y sin embargo pecaron, rebelándose contra su Creador. Misterio del mal… San Miguel, por su fidelidad, recibió como premio la misión de proteger a la Santa Iglesia.
Todos los domingos, durante la celebración de la sagrada eucaristía, un número incontable de fieles en el orbe católico canta o recita el símbolo de nuestra fe. Las verdades de nuestra santa religión son proclamadas una tras otra, obedeciendo una inspirada y sublime síntesis, hasta completar la totalidad de la única doctrina de la fe: “Así como la semilla de la mostaza contiene en un grano pequeñísimo a un gran número de ramas –enseña san Cirilo de Jerusalén–, de la misma manera este resumen de la fe encierra en algunas palabras todo el conocimiento de la verdadera piedad contenida en el Antiguo y el Nuevo Testamento” ¹.
Creo en Dios Padre todopoderoso“. Después de esta afirmación primera y fundamental, de la cual dependen todos los demás artículos del Credo, proclamamos enseguida “el comienzo de la historia de la salvación” ²: “Creador del cielo y de la tierra”.
El misterio de la Creación
Dios, Ser absoluto y eterno, no tenía necesidad de ninguna criatura que le rindiera homenaje ni que reconociera su grandeza ilimitada. Entre tanto, en su misericordia, quiso crear, no para aumentar su propia gloria, intrínseca y sempiterna, sino para manifestar su amor todopoderoso y “comunicar su gloria” ³ a los seres que había creado, compartiendo con ellos su verdad, su bondad y su belleza.
Una inmensa multitud de criaturas diversas y desiguales –seres visibles e invisibles, inteligentes o desprovistos de razón, dispuestos en una maravillosa jerarquía– dio forma, así, al Orden del universo, reflejo de la perfección adorable del Ser infinito, que sólo se manifestaría totalmente en la plenitud de los tiempos mediante su Hijo Unigénito, Jesucristo, el Verbo eterno encarnado.
Explica el Doctor Angélico que “el efecto no representa más que a su causa” 4. Así, en todas las criaturas podemos encontrar vestigios de la eterna Sabiduría que las sacó de la nada: en los astros que pueblan la inmensidad del firmamento y cuyas constelaciones se encuentran separadas, a veces, por millones de años-luz; en los diminutos granos de arena, jamás iguales entre sí, que cubren desiertos y playas; en la variedad asombrosa de vegetales, que va desde “la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al fuego” (Mt 6, 30) hasta los milenarios alerces y secuoyas; en el admirable instinto de los insectos, en la fidelidad casi inteligente de un perro, en la delicadeza virginal de un armiño, en los miles de microbios que pueden pulular en una gota de agua… Pero Dios quiso reflejarse sobre todo en el hombre, creado a su imagen. Y al hacerlo como un compuesto de cuerpo corruptible y alma inmortal, lo transformó en un eslabón entre la materia y el mundo espiritual.
El mundo angelical
Pero en lo alto de esta grandiosa jerarquía, desde donde “superan en perfección a todas las criaturas visibles” 5, Dios colocó a los ángeles, criaturas puramente espirituales, inteligentes y capaces de amar, llenos de gracia divina desde el inicio de su existencia, en la aurora de la primera mañana de la creación. Distribuidos y ordenados por Dios en nueve coros 6 –Serafines, Querubines, Tronos, Dominaciones, Virtudes, Potestades, Principados, Arcángeles y Ángeles– forman el ejército de la Jerusalén celestial, y recibieron la triple misión de ser perpetuos adoradores de la Santísima Trinidad, agentes de los designios
divinos y protectores del género humano.
Corte del Señor, inmensa e incalculable. “¿Puede contar alguien sus tropas?”, pregunta el Libro de Job (25, 3). Y el profeta Daniel, abismado, escribió: “Miles de millares le servían, miríadas de miríadas estaban en pie delante de él” (Dan 7, 10). Sin embargo, cada uno de estos espíritus ostenta una personalidad propia, inconfundible y específica, sin que haya sido creado uno igual al otro 7.
El primero de los ángeles
Dios, a tanta diversidad y esplendor, quiso colocar un ápice, un punto monárquico, un ser que reflejara de modo inigualable la luz eterna e inextinguible. Maravilla de maravillas, obra maestra del mundo angélico, fulguraba en lo más alto de los coros y todos se extasiaban frente a él, como si dijeran: “Eras el sello de una obra maestra, lleno de sabiduría, acabado en belleza. En Edén estabas, en el jardín de Dios. Toda suerte de piedras preciosas formaban tu manto” (Ez 28, 12-13).
Como primero de los serafines, iluminaba a todos los espíritus celestiales con los reflejos de la divinidad que su inteligencia sin par discernía con la ayuda de la gracia. Su nombre era Luzbel, el portador de la luz…
La prueba de los espíritus celestiales
Sin embargo, antes de poder contemplar la esencia de Dios por toda la eternidad, los ángeles debían atravesar una prueba. Pues, a pesar de la altísima perfección de su naturaleza, “el ángel no puede volverse a aquella bienaventuranza por su voluntad a no ser ayudada por la gracia” 8.
Ante ellos la faz del Ser infinito permanecía como en penumbras, y solamente sus destellos eran capaces de alimentar el ardiente amor de las legiones del Señor.
Según afirman Tertuliano, san Cipriano, san Basilio, san Bernardo y otros santos, la prueba que decidió del destino eterno de los espíritus angélicos fue el anuncio de la Encarnación del Verbo, Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre, el cual habría de nacer de la Virgen María.
Podemos imaginar que una conmoción de asombre recorrió entonces las filas de la milicia celestial cuando conocieron intuitivamente, por una acción de Dios, el plan de la Salvación: el Creador eterno, inaccesible, todopoderoso, se uniría hipostáticamente a la naturaleza humana, elevándola con ello hasta el mismo trono del Altísimo; y una mujer, la Madre de Dios, se convertiría en medianera de todas las gracias, sería encumbrada por encima de los coros angélicos y coronada como Reina del Universo.
Lo inexplicable surgía frente a los ángeles como cúspide y núcleo de la obra de la creación.
La prueba había llegado.
¡Amar sin entender! ¡Amar sobre todas las cosas al Dios Altísimo que en una sublime manifestación de su amor había sacado de la nada a todas las criaturas! Reconocer, en un supremo impulso de adoración y sumisión, la superioridad infinita de la Bondad absoluta y eterna.
Era el acto que confirmaría a los espíritus angélicos en la gracia divina y los introduciría en la visión beatífica para siempre.
La primera revolución de la Historia
Pero Luzbel vaciló ante un misterio que sobrepasaba su comprensión angélica. ¿Estaría ignorando Dios la naturaleza perfectísima de los ángeles y prefería unirse a un ser humano, tan inferior a ellos en el orden de las criaturas? Él, el serafín más alto, ¿sería obligado a adorar a un hombre? “Esta unión hipostática del hombre con el Verbo le pareció intolerable y deseó que se realizara con él”, afirma Cornelio a Lápide 9. Sí, sólo con él, Luzbel, “perfecto desde que fuiste creado” (Ez 28, 15), debería unirse Dios y de este modo erigirlo en mediador único y necesario entre el Creador y las criaturas. Así, “el que había sido hecho ángel desde la nada, comparándose, lleno de soberbia, con su Creador, pretendió robar lo que era propio del Hijo de Dios”, concluye san Bernardo 10.
http://heraldosvalencia.files.wordpress.com/2008/05/nonservian.jpg?w=317&h=211El ángel pecó queriendo ser como Dios11 y el príncipe de la luz se volvió tinieblas. Se pudo oír el primer grito de rebeldía en la historia de la creación: “¡No serviré! ¡Al cielo voy a subir, por encima de las estrellas de Dios alzaré mi trono, y me sentaré en el Monte de la Reunión! ¡Me asemejaré al Altísimo!” (cf. Is 14, 13-14).
El defensor de la gloria de Dios
Resonó entonces un grito en el Cielo: “¿Quién como Dios?
Entre el ángel rebelde y el trono del todopoderoso se levantaba “uno de los primeros príncipes” (Dan 10, 3), un serafín incomparablemente más esplendoroso y fuerte de lo que había sido “el portador de la luz”.
¿Quién era éste que se atrevía a desafiar al más alto de los ángeles y ahora refulgía invencible, revestido con “el poder de la divina justicia, más fuerte que toda virtud natural de los ángeles12?
¿Quién era éste? Llama viva de amor, hoguera de celo y humildad, ejecutor de la divina justicia.
¿Quién como Dios?” – Millones de millones de espíritus angélicos repitieron el mismo grito de fidelidad. “¿Quién como Dios?” – Este signo de fidelidad, que en hebreo se dice Mi-ka-el, se transformó en el nombre del serafín que, por su caridad sin parangón, fue el primero en alzarse en defensa de la Majestad ofendida.
Michael, Miguel: nombre que expresa, en su sonora brevedad, la alabanza más completa, la adoración más perfecta, el reconocimiento más lleno de amor a la trascendencia divina y la confesión más humilde de la contingencia de la criatura.
La primera batalla de una guerra eterna
Hubo una gran batalla en el Cielo” (Ap. 12, 7). Lucha entre ángeles y demonios, lucha de la luz contra las tinieblas, de la fidelidad contra la soberbia, de la humildad y el orden contra el orgullo y el desorden. “Miguel y sus ángeles combatieron con el Dragón. También el Dragón y sus Ángeles combatieron” (Ap. 12, 7).
Satanás, lleno de orgullo y “obstinado en su pecado13, “arrastró la tercera parte” (Ap. 12, 4) de los espíritus angélicos, hundiéndolos consigo en las tinieblas eternas de la rebelión.
Pero no prevalecieron, ni hubo más lugar para ellos en el cielo. Ese gran dragón, que se llama demonio y Satanás, fue precipitado junto a sus ángeles (Ap. 12, 8-9) en los abismos tenebrosos del infierno (Pe 2, 4).
Un inmenso clamor llenó el universo: “¡Cómo has caído de los cielos, Lucero, hijo de la Aurora! ¡Ha sido precipitada al infierno tu arrogancia!” (Is 14, 11-12).
Y mientras el serafín rebelde era visto “caer del cielo como un rayo” (Lc 10, 18) y ser condenado al fuego inextinguible, “preparado para el Diablo y sus ángeles” (Mt 25, 41), san Miguel era elevado por el rey eterno a la cima de la jerarquía de los ángeles fieles y se convertía en el “gloriosísimo príncipe de la milicia celestial”, como lo designa la liturgia de la Santa Iglesia Católica.
El nuevo campo de batalla
Restablecido el orden en los cielos angelicales, el campo de batalla donde prosiguió la lucha entre la luz y las tinieblas pasó a ser la tierra de los hombres.
El ángel destronado consiguió seducir a nuestros primeros padres para hacerlos pecar, como él, contra el
Altísimo, queriendo ser como dioses (Gen 3, 5) y el Señor declaró la guerra al tentador: “Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje” (Gen 3, 15).
A partir de este momento, la historia humana está atravesada por una ardua lucha contra el poder de las tinieblas. Iniciada al comienzo mismo del mundo, esta batalla durará hasta el último día, según las palabras del Señor. El hombre, inserto en esta batalla, debe luchar por sumarse al bien 14.
En este combate, además de las armas decisivas de la gracia de Dios, que los sacramentos nos entregan en superabundancia, los hombres cuentan con el auxilio y la protección de los ángeles. Y al príncipe de la Jerusalén celestial corresponde la capitanía de todas legiones angélicas en la lucha contra las fuerzas del infierno por la salvación de las almas. Así, san Miguel prosigue en la tierra la lucha triunfal que comenzó en el Cielo.
Protector del pueblo elegido y de la Santa Iglesia
San Miguel fue el ángel tutelar del pueblo de Israel.
A menudo la iconograf�a representa a San Miguel como un magn�fico guerrero luchando contra LuciferLas Sagradas Escrituras lo mencionan por primera vez en el libro de Daniel. Este profeta, al escribir las revelaciones recibidas del ángel Gabriel sobre el combate para liberar a la nación elegida de la servidumbre a los persas, afirma que nadie la defenderá “excepto Miguel, vuestro Príncipe” (Dan 10, 22). Y añade, cuando relata las tribulaciones de épocas futuras: “En aquel tiempo surgirá Miguel, el gran Príncipe que defiende a los hijos de tu pueblo” (Dan 12, 1).
El serafín de la fidelidad no dejó de proteger al pueblo de Israel y velar por la fe de la sinagoga hasta el momento supremo de la muerte de Nuestro Señor Jesucristo.
El sol se oscureció y hubo tinieblas, la tierra tembló, se partieron las piedras y el velo del Templo –monumental tejido de jacinto, púrpura y escarlata que cubría la entrada del impenetrable “Santo de los Santos”– se rasgó en dos partes, de alto abajo (cf. Mt 27, 51; Mc 15, 38; Lc 23, 45). El famoso historiador judío Flavio Josefo cuenta que, después de estos acontecimientos, los propios sacerdotes del Templo escucharon dentro del recinto sagrado una misteriosa voz que clamaba repetidas veces: “¡Salgamos de aquí!15.
San Miguel, el centinela de Israel, abandonaba definitivamente el Templo de la Antigua Alianza, ahora inútil, porque el único sacrificio verdadero acababa de consumarse en lo alto del Calvario. Del corazón atravesado del Cordero Inmaculado nacía la Santa Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo, Templo eterno del Espíritu Santo. Y a partir de ese instante, Miguel el triunfador, el primer adorador del Verbo encarnado, se volvió también el vigilante protector de la única Iglesia de Dios.
Al respecto escribió el cardenal Shuster: “Después del oficio de padre legal de Jesucristo, que corresponde a san José, no hay en la tierra ningún ministerio más importante y más sublime que el conferido a san Miguel: protector y defensor de la Iglesia” 16.
Notas:
1) Cathechese Iluminandorum, in CIC 186.
2) CIC, 280.
3) CIC, 319.
4) Suma Teológica I, q. 45, a. 7.
5) CIC, 330.
6) Suma Teológica I q. 108 a. 5.
7) Idem I, q. 50, a. 4.
8) Idem I, q. 62, a. 2.
9) A. Bernet, Enquête sur les Anges, Librairie Académique Perrin, 1997, p. 43.
10) Obras Completas, BAC, Madrid, 1953, vol. 1, p. 215.
11) Suma Teológica I, q. 65, a. 5.
12) Idem I, q. 109, a. 4.
13) Idem I, q. 63, a. 2.
14) Gaudium et Spes, 37, 2.
15) Cf. Historia dos hebreus, Editorial das Américas, São Paulo, 1963, vol. 8, p. 304.
16) Año Cristiano, BAC, Madrid, 2002, vol. 9, p. 266.
Apud: Revista Heraldos del Evangelio, Madrid, nº 50, septiembre 2007

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